Cuando hace poco más de un mes Noticias tituló en tapa “La delicada verdad sobre la salud de Kirchner”, los funcionarios K y el aparato comunicacional oficial respondieron que se trataba de una operación opositora. “Néstor está perfecto”, dijeron los voceros del Gobierno. “Lo de él es un asunto terminado, salvo que se le caiga un piano en la cabeza”, ejemplificó para que se entienda, su médico personal Luis Buonomo.
Aquella investigación dejaba en claro que la salud del ex presidente corría riesgos tras la operación de carótida y una angioplastia. En un destacado de esa misma tapa se leía: “Consejos médicos: cómo seguir siendo Kirchner sin morir en el intento”. Y especialistas en distintas áreas recomendaban cuidados que, en cualquier caso, implicaban un drástico cambio de vida y un seguimiento estricto de parte de su equipo médico. Porque no era cierto que Néstor Kirchner estuviera bien.
Las duras críticas que recibió entonces esta revista llevan a preguntarnos a la luz de los hechos si esos que decían defenderlo, impulsándolo a mostrarse en un acto 72 horas después de la última operación, eran realmente los que más lo querían. O sólo se trataba de quienes necesitaban a un jefe hiperactivo, sin importar el costo personal o institucional. En la última edición de Noticias se intenta dar algunas respuestas sobre qué le pasó de verdad.
(La foto que se ve es la última en la que apareció con vida. Fue en El Calafate.)
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