miércoles, 17 de octubre de 2012

Mis amigos kirchneristas

 Laclau y Mouffe. El matrimonio le inoculó al kirchnerismo su teoría del conflicto permanente. Sin enemigos no hay relato.
Muchas repercusiones me trajo la columna que escribí esta semana en Noticias: "Mis amigos kirchneristas". Veo que la división producida en grupos de amigos, conocidos, vecinos, familiares, por la política; afecta a más personas de las que suponía. Es otro regreso a los setenta, pero como caricatura: en aquellos años la división era por quién estaba con la revolución que haría un mundo justo para todos, se decía, y los que pretendían mantener el statu quo. Hoy la pelea se da por los periodistas y es básica por más que se usen los argumentos de Laclau (foto). Para los que no la leyeron, la encuentran ACÁ

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